Ya hablamos de que la razón original para que el hombre fijara sus ojos en la bóveda celeste fue, principalmente, por curiosidad. Y ha sido esa curiosidad la que, a través de los siglos, ha hecho que se hagan tantos descubrimientos sobre el universo, llevándonos a la carrera espacial y a la búsqueda de planetas hermanos que pudieran albergar alguna especie de vida. Hemos recorrido un largo camino, aún queda una enorme parte muy emocionante por delante.
Sin embargo, nadie duda de que todavía es una tarea ardua la que queda por delante, así que la búsqueda y resolución de los misterios de espacio se han tenido que adaptar a esta realidad. Por ejemplo, buscar planetas donde la raza humana pudiera desarrollarse y vivir es una de las principales prioridades, junto a la búsqueda de vida extraterrestre; y no hay que dejar atrás por supuesto el descubrimiento y estudio de todos los fenómenos espaciales que puedan encontrarse en el proceso. Y teniendo en cuenta que todo esto tiene unos tiempos verdaderamente largos, se está haciendo hincapié en hacer que los viajes espaciales sean lo más parecido posible a una verdadera atmósfera vital.
¿Qué significa esto? Es muy probable que se tenga que pensar en viajes espaciales que duren años y años, en tanto que la velocidad luz pueda llegar a desarrollarse en el transporte, cosa que por ahora es sólo una teoría. Por eso, el trabajo de los astronautas no es tan solo de observación y pilotaje, sino que realmente deberían estar preparados para hacer vida en esa nave espacial durante mucho tiempo. La comida, el aseo, el descanso y otras necesidades vitales se intentan proveer de la mejor manera, incluso procurando cierta gravedad al transporte espacial. Pero no todo queda ahí.
Porque una de las funciones de ser humano es la reproducción, y la sexualidad uno de sus instintos primarios. Así que no es tan descabellado el educar a los viajeros espaciales para algo tan básico como practicar sexo en el espacio. Porque las naves espaciales podrían llegar a ser verdaderas comunidades, y quizá se podrían hacer viajes de 50 o 60 años, así que ¿por qué no aprovechar este tiempo para hacer la vida que realmente podrán hacer en la Tierra? Y aunque este no fuera el objetivo, y el viaje fuera mucho más corto, eso proporcionaría un aliciente importante para ser astronauta, pues sería una forma de entretenimiento efectiva, tanto como para hacer interactuar a los propios astronautas.
Corren rumores de que a pesar de la falta de entrenamiento en estas cuestiones sexuales, puede que algunas parejas de cosmonautas hicieran la prueba por ellos mismos, aunque por supuesto ningún organismo oficial lo confirma. Sin embargo, corren rumores sobre ciertas prácticas sexuales practicadas por hombre y mujeres astronautas, a pesar de tanto secretismo, y es que sería algo normal dadas las circunstancias. Seguro que ante una situación tan extrema como estar ante el espacio infinito encerrado en un pequeño cubículo, a uno le salen sus más profundos instintos; y por supuesto, el sexo es una reacción totalmente instintiva que hace que nos sintamos inmediatamente tranquilos y concentrados en muchas otras emociones que recorren nuestros cuerpos durante el acto sexual.
De todas formas, no es la única forma en que la sexualidad puede ser una especie de distracción a miles de kilómetros de la Tierra. Se sabe que los astronautas ya se las ingenian para poder ver sexo gratis aún a esa distancia, por supuesto gracias a la pornografía. Bien, quizá sin que lo sepamos se haya dado un show de sexo en vivo en la misma nave espacial, no sabemos si alguna pareja hetero o incluso homosexual ha querido darse al exhibicionismo echando un polvo frente a sus compañeros; o simplemente han sido pillados in fraganti, o bien alguien a solas haciéndose una masturbación, o un simple desnudo erótico teniendo en cuenta que el espacio es realmente pequeño…
Debemos pensar en los viajes espaciales como un ente en sí mismo, y no como un simple tránsito, al menos por ahora. Porque, la verdad, aunque por ahora la tecnología nos permita estar por un período de tiempo largo en el espacio exterior, aún no puede hacer que lleguemos a ningún destino a una gran velocidad… y puede que todavía tardemos bastante.